Periódico Digital de República Dominicana

Al estilo la Madre de Calcuta

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Por: José T. Castellanos

Mi mujer que anda en eso de Facebook y esos medios que yo todavía no manejo, me ha contado una historia acerca de una

familia del vecindario de la ciudad de Santo Domingo, calle Padre Billini, donde un tiempo vivimos. 

Para nosotros, mi mujer y yo, siempre es agradable recordar aquella gente del vecindario que conocimos y tratamos cuando allí vivíamos. Sin desdoro de los presentes, como suele decirse, aquellos fueron muy buenos tiempos para nosotros y aquella era muy buena gente. Gente, la mayoría de ellos no muy jóvenes y todavía con esos buenos hábitos, herencia de mejores tiempos de la vieja ciudad que un día  se mencionó  como la Atenas del Nuevo Mundo.

     Pues había allí una familia, padre y madre y dos hijas, mi mujer intercambiaba mucho con ellas. Yo, en ocasiones charlé con el padre.

De entonces acá, podríamos decir que «pasó el tiempo y pasó un Águila sobre el mar». Mi mujer se enteró que el señor de la casa se había ausentado. Se fue con otra mujer. Eso que ahora no es mucha noticia. Para aquel vecindario y para aquella familia fue algo, ¿cómo decirlo ?, muy lamentable.

Y en la historia que cuento a ustedes, no pasó mucho tiempo cuando la señora de la casa se enteró por un empleado de la escuela que había casi enfrente de su casa, que su marido  estaba muy enfermo.

      Bueno… pues fue a buscarlo y lo trajo y lo instaló otra vez en su casa… y lo cuidó hasta su muerte, pues el hombre volvió muy enfermo.

No conozco mas detalles del caso, pero me imagino que también las muchachas cooperarían con su madre en el trato con el padre moribundo.

      Mi mujer se enteró el otro día, pues tiene comunicación con una de las muchachas, que su mamá había fallecido. Y yo le he dicho a mi mujer que esta vecina se ganó el cielo.

      También pude decirle a mi mujer que no hay que ir a Calcuta parra ganar el Cielo. También puede ganarse en Santo Domingo. Eso es lo que ha logrado esta vecina nuestra.

      La Madre Teresa, primero ella solamente, muy poco después con seguidoras y seguidores también. Iba por esas calles por las que antes caminó el gran Tagore que era de Bengala y Calcuta la gran ciudad de la zona. Pues la Madre Teresa se llevaba de esas calles a un lugar un poco mas sano y seguro a esos pobres indigentes tirados allí esperando la muerte.

Los cuidaba con cariño. A Ella le sobraba y sus muchachas seguidoras de Ella aprendieron esa compasión. Pues esos moribundos recibían allí en el rescindo de la Madre Teresa el cariño que nunca conocieron antes. Escriben algunos de que los hablan de esto que muchos de estos pobres seres humanos morían con una sonrisa en su cara. 

      ¿Recuerdan ustedes cuando, ya hace unos años, gobierno de uno de los Bush, le entregaron a la Madre Teresa la Medalla del Congreso Americano?

Pues Newt Gingrich que era entonces el Speaker de la Cámara llamó a la pequeña y santa monjita albanesa LA MUJER MAS PODEROSA DEL MUNDO.

Un abrazo,

Tiberio 

8 de febrero de 2020

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