Periódico Digital de República Dominicana

Un testimonio…

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Por: Onorio Montás

Mi gran amigo Marino Antonio Almánzar García, quién acaba de irse.

Lo conocí en los años 61-62 siendo sargento de Fuerza Aérea Dominicana, ¨un guardia inteligente¨, casó con una amiga de infancia Josefina Antonia Fernández Veras, parte de una honorable familia vegana de Carrera e´palma y Puñal, don Fello su padre había sido chófer de la excelsa matrona Julia Molina, don Fello nunca dejó de ser ¨guardia¨ se acostaba al anochecer y se levantaba con las gallinas y al canto de los gallos de la traba de Fello ¨tres cheles¨.

Mayo y yo, hicimos una buena mezcla por la familia Fernández,  celebraron sus bodas el bizcocho de bodas estaba decorado con un tanque francés AMX blindado en que el se había especializado en su mantenimiento y operación, Rafael Tomás Fernández Domínguez fue el padrino de su boda en la iglesia San Juan Bosco en mi barrio el p. Andrés Nemmen cura párroco fue quién ofició la boda.

Establecieron su residencia en la Hilario Espertín # 17 al lado de la familia Fernández Veras y de Arlette y Rafael Tomás en una casa de Nieves Luisa Trujillo Molina, frente a la casa al terrífico y sanguinario FranciscoCholoVilleta González y Andrés Luciano Mateo Martínez (Andrés L. Mateo).

Luego del ¨Golpe de Estado¨ lo separaron de las Fuerzas Armadas a un numeroso grupo entre ellos Marino y Rafael Tomás fue sacado del país, su casa fue alquilada al coronel abogado E.N. Armando Arturo Acosta Leyba y doña Brunilda, nos reuníamos Marino, Armandito, Sostrato Arturo Acosta Sosa, Silvio y Emilín Herasme Peña y yo en el contén de la acera frente a la casa para que nadie nos escuchara. Todos estábamos conscientes de la situación que estábamos viviendo.

A instancia de Armandito que era Consultor Jurídico de la Jefatura de Estado Mayor del Ejercito Nacional le pedimos a Marino que se apartara, por estar junto a su grupo señalado como ex militares conspiradores, pues el coronel Acosta Leyba había sido advertido por amigos del aparato de seguridad del Estado.

Seguimos en contacto con Mayo que mantenía reuniones con el grupo de los doce oficiales del Movimiento Militar Constitucionalista en una estación cercana en la avenida San Martín esq. Oviedo muy cerca de nuestro punto de reunión.

Retorno de Juan Bosch y vuelta a la constitución de 1963

El domingo 25 abril Marino pasó por la Farmacia Televisión y nos pidió a Bienvenido Almánzar (¨jaguita¨ su hermano) y a mi que reuniéramos un grupo de 8 jóvenes que supiéramos conducir que el pasaría a recogernos para una misión, recuerdo a Alfonso Pimentel Rivera (Fonso) y otros cuatros.

Para sorpresa nuestra era al Campamento 16 de Agosto donde ahora queda la UNPHU, nos darían un rápido entrenamiento de como conducir un blindado que no era lo mismo que un vehículo convencional pues no tenía timón era por dos palanca, había un grupo de tanquistas que eran leales al teniente Freddy Piantini Colón otrora comandante del Batallón Blindado que custodiaba el Palacio Nacional, y de ellos recibimos las instrucciones.  5 jóvenes civiles y varios militares, Marino nos dijo que solo teníamos que salir por la puerta de la universidad y cruzar la carretera Duarte y penetrar por la calle que hace esq. con el colegio Claret y dejar los blindados debajo de grandes árboles que había frente a la Academia de Mamoru Matsunaga, y así lo hicimos.

Al cruzar la carretera fuimos atacados por los aviones de la Fuerza Aérea, todos pudimos cruzar menos Marino que fue alcanzado por una esquirla de un cohete al tirarse y agazaparse en un enorme badén que existía entre la marginal y la carretera Duarte.

Nos volvimos a ver junto a una parte de los doce oficiales fundadores del Movimiento Militar Constitucionalista en

Marino Antonio Almánzar García (Mayo)

la calle Pina creo que #27 donde nos refugiamos después del 28 de abril con el país intervenido por las tropas norteamericanas y me encuentro a Marino con un tobillo que lo marcó para toda la vida por los cohetes de los aviones de sus compañeros de armas de la FAD.

Además de los compañeros del grupo había un personaje que me llamó mucho la atención el famoso Sacha Volmán que nunca había visto, quién nos alojó a la mayoría en el Hotel Comercial, Marino se quedó en la casa, pues apenas podía caminar, yo estuve hasta el 14 de junio alojado ahí, pues hotel quedaba como una mampara y fue perforado por los morteros y disparos desde los molinos.  

Al terminar el conflicto fue uno de los primeros que se exilió en Puerto Rico durante muchos años, su casa en el barrio Puerto Nuevo se convirtió en una especie  de embajada de ex miembros de las fuerzas armadas dominicanas que habían participado en la guerra patria, Marino Almánzar se ocupaba de gestionarle visas a esos soldados a través del Departamento de Estado Norteamericano, yo los visitaba a menudo y traía mensajes a los que aun quedaban en el país, en esa casa me enteré que era inminente la llegada del Coronel Caamaño, me había encontrado en varías oportunidades con Claudio Caamaño que estaba residiendo en una isla del caribe y hacía la diligencias para la adquisición del yate Black Jack que transportaría a el coronel Caamaño y su grupo.

A su regreso al país fue reintegrado a las Fuerzas Armadas y luego puesto en retiro estableció una compañía de equipos pesados y piezas.

Mario Báez Asunción, Marino Almánzar, Fabio Valenzuela, Lorenzo Sención Silverio , Fernando Casado y Onorio Monás (abajo) Mario, Marino, Fabio, Onorio y Fernando. A la izquierda Juan José Ayuso e Iván Garcia

En abril del 2012 logré una serie de entrevistas para mi programa ¨Dejando Huellas¨ con motivo de conmemorarse un aniversario más de la Guerra Patria con el, Mario Báez Asunción, Lorenzo Sención Lorenzo, Franklyn Domínguez, Fernando Casado, Juan José Ayuso, Iván García Guerra, Fabio Valenzuela Herrera, Alfredo Freites, Teresa Espaillat Hernández, Alfredo Cordero, René Montás, Freddy Piantini Colón, Ercilio Veloz Burgos, María Paula Acevedo viuda Caamaño (Chichita), Rafael Chaljub Mejía, Arlette Fernández, Martín Fernández, Tony Raful, el ex Hombre Rana Andrés Dicocié Montás, Pedro Vergés y otros que participaron en la guerra de abril.

Hace unos años estuve con Tony Raful en su casa para puntualizar algunos detalles del asalto al Palacio Nacional el día 19 de mayo de 1965. 

En abril al inicio de la cuarentena por la pandemia del COVID-19 conversé con Marino por teléfono por una llamada de mi querida María Soledad (Marisol), (Mary) Almánzar Fernández su primogénita que siempre lo acompañó después de la partida de su esposa Josefina.

En esa conversación me pedía que pasara por su casa, que quería decirme algo que solo a mi tenía que decirme y no quería hacerlo por teléfono, todavía no estaba quebrantado, le prometí pasar por su casa en El Millón, pero fue en abril al inicio de la pandemia, no volvimos a hablar, Marisol me comunicó la noticia de su muerte por correo. Se llevó consigo su secreto. Descansa en paz hermano Mayo…