“Firmar un acuerdo con Haití es como hacerlo sobre una hoja de papel mojada”
Doctor Juan Miguel Castillo Pantaleón señala incumplimientos de Haití a los acuerdos establecidos con República Dominicana

El abogado Juan Miguel Castillo Pantaleón consideró que desde la división de la isla, Haití ha incumplido los acuerdos suscritos con el país a pesar de que se hayan realizado en beneficio de su nación.
En una entrevista realizada por Onorio Montás para el programa «Revista Dominical Dejando Huellas», transmitido por CDNRadio, detalló que es motivo de indignación ver cómo los dirigentes dominicanos se comportan con ingenuidad, pensando que se cumplirán los convenios a pesar de la larga historia de incumplimiento y desconocimiento de los documentos firmados por parte de los haitianos.
En este sentido, rechazó el desvío del río Masacre o Dajabón, estipulad por las autoridades haitianas, que se encuentran construyendo un canal de riego supuestamente agrícola en el lugar. Esto ocurre mientras su caudal muestra una disminución producida a causa de la deforestación.
El artículo 10 del Tratado de Paz y Amistad Perpetua y Arbitraje entre República Dominicana y Haití de 1929 es la única disposición que puede ser interpretada para uso exclusivamente agrícola.
Dicho convenio establece que “en razón de que ríos y otros cursos de agua nacen en el territorio de un Estado y corren por el territorio del otro o sirven de límites entre los dos Estados, ambas partes contratantes se comprometen a no hacer ni consentir ninguna obra susceptible de mudar la corriente de aquellas o de alterar el producto de las fuentes de las mismas”.
En este sentido, Castillo manifestó que los agricultores pueden hacer uso de estas aguas, más esto no significa que los haitianos puedan construir obras hidráulicas en el mismo. “Una obra de esas dimensiones es una rola de agua que va prácticamente a comprometer la viabilidad del curso de este río y que va a afectar el límite fronterizo”, explicó.
Alegó que además de afectar la agricultura también tendrá un terrible impacto en el medio ambiente y consideró que es un proyecto que está siendo desarrollado sin concebir las consecuencias que puede ocasionar.
Ante las declaraciones de las autoridades sobre negociar el destino del río, el abogado dijo que lo único que se debe hacer es respetar el convenio. Además, observó que Haití es un país donde la bio-sostenibilidad es muy limitada debido al daño ambiental ocasionado por sus nacionales.
“El gobierno dominicano debe tener muy en claro que firmar un documento con los haitianos no garantiza absolutamente nada”, dijo. Para Castillo, “firmar un acuerdo con Haití es como hacerlo sobre una hoja de papel mojada”.
Declaró que República Dominicana tiene grandes desafíos para sobrevivir a causa de los problemas migratorios, de protección medioambiental, de administración de recursos de salud y educación, así como también la falta de espacio laboral.
Explicó que gran parte de los recursos, obtenidos de los impuestos de los dominicanos, que posee el país se destina a mantener a la población haitiana.
“El país no puede darse el lujo de seguir perdiendo sus escasos recursos naturales, seguir observando la destrucción de los bosques que están cerca de la frontera, el acoso permanente que los agricultores sufren por el robo de sus ganados y el tráfico humano, ya que el tema de las parturientas no ha disminuido aún”, detalló.

Reconoció que el presidente de la República, Luis Abinader, debe tratar el tema de manera diplomática, pero manteniéndose firme y centrado en los intereses del país.
Sin embargo, para Castillo, el mandatario ha tenido un buen manejo en cuanto al tema haitiano en el país.
“El gobierno de Luis Abinader nos ha sorprendido mucho en cuanto a la postura que ha asumido y la expectativa que se tenía de él cuando era candidato al abordar el tema haitiano”, expresó.
Además, de acuerdo con el abogado, en la historia de ambos países además del Tratado de Paz y Amistad Perpetua y Arbitraje entre República Dominicana y Haití, el vecino país también ha incumplido con los tratados de Nimega, Ryswick y Aranjuez.
Sobre el Tratado de Nimega, firmado en agosto de 1678, en una ciudad perteneciente a los Países Bajos como consecuencia de las Devastaciones de Osorio, aprovechada por los franceses que se asentaron en la parte occidental de la isla.
Con este tratado las diferentes comarcas dejaron de atacarse entre sí y se estableció un comercio de carne, caballo y cuero entre los pobladores.
Posteriormente, en 1697, se produce el Tratado de Ryswick, mediante el cual España reconoce la por primera vez la presencia de los franceses en la parte occidental de la isla.
A pesar de que no se establecía que parte le pertenecía a cada potencia, en 1772, los gobernadores de ambas partes convinieron unos preacuerdos para dejar establecidos los límites. “El curso del río Masacre o Dajabón quedó fijado como el límite que dividía la concesión pacífica de los súbditos de cada potencia” relató.
En 1777 los reyes de Francia y España firmaron el tratado de Aranjuez, que tomó como base el convenio anterior establecido por los gobernadores.
De acuerdo con el abogado, el artículo cuatro de ese tratado prohíbe a ambas partes realizar obras que hagan variar la corriente o el caudal del río Dajabón.
“Te tengo que dar ese dato para que la gente vea lo abusivo del derecho que es que Haití a estas alturas se empeñe en realizar obras que afecten el curso de un río que es el límite fronterizo preestatal entre ambos territorios”, declaró.
OM/JCV