Periódico Digital de República Dominicana

Señala no ha existido la democracia en República Dominicana tras la muerte del dictador Trujillo

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Fernando Infante considera que un gobierno democrático implica responsabilidades que no son cumplidas por los ciudadanos

Historiador Fernando Infante

El historiador Fernando Infante, miembro de número de la Academía Dominicana de la Historia, autor de obras como: Biografía de Trujillo, Los doce años de Balaguer y Los viejos días, consideró que la dictadura del tirano se produjo ante una sociedad deseosa de que se estableciera el orden y la paz en el país.

A propósito de la conmemoración de los 60 años del atentado contra Trujillo en una entrevista para el programa radial “Revista Dominical Dejando Huellas”, que se transmite por CDNRadio y es producido por Onorio Montás, el historiador manifestó que desde la Restauración en 1865 hasta el comienzo de la dictadura en 1930 se instauraron aproximadamente 30 gobiernos diferentes, hecho que generó malestar en la población.

Destacó que la nostalgia que gira en torno a la figura del tirano se debe precisamente a que representaba e imponía el orden en la sociedad, lo que causó que el pueblo aceptara el régimen por tanto tiempo.

Señaló que otro factor importante es el hecho de que para ese entonces, República Dominicana era un país incomunicado, donde sus principales ciudades eran pequeñas y muy pobres.

Afirmó que en total, el país apenas tenía tres millones de habitantes mientras que Santo Domingo contaba tan sólo con 300 mil personas, cantidad que según Infante, actualmente puede encontrarse en cualquier barrio.

“Trujillo era un hombre de carácter despótico, un gobernante intolerante con las cosas fuera de la distintiva del gobierno”, dijo.

Explicó que estos valores no encajan con la sociedad contestataria que existe hoy en día en el país y que ha teñido grandes crecimientos desde entonces, contando a la fecha con 12 millones de habitantes.

Destacó que el que Trujillo subiera al poder fue un acontecimiento excepcional en la época, que se celebró de forma excepcional en todo el territorio nacional. Durante su mandato eliminó el caudillismo y finalizó la construcción de carreteras que habían comenzado a construirse durante el gobierno de Mon Cáceres, entre ellas la de Santo Domingo-San Cristóbal y la de La Vega.

“Trujillo cumplió su papel: formó una nueva sociedad, creó e instituyó instituciones eficientes que permitieron al país lograr cierto grado de desarrollo. Fue un régimen en el sentido material, progresista”, explicó.

Sin embargo, al extenderse por tanto tiempo la dictadura se vio corrompida y se fue creando una mala imagen de Trujillo debido a los abusos de poder que se volvieron cada vez más evidente para el pueblo.

“Cuando cualquier acción se prolonga en el tiempo, se corrompe” añadió Infante.

Declaró que las sociedades soportan la tiranía por un tiempo determinado, pero llega el momento en el que añoran nuevamente su libertad por lo que deciden ponerle fin a la dictadura de Trujillo.

De esta manera, la noche del 30 de mayo de 1961, el sanguinario dictador Rafael Leónidas Trujillo fue abatido a tiros mientras iba en su vehículo en el kilómetro 9 de la carretera de Santo Domingo a San Cristóbal.

En “El Ajusticiamiento”, como se le conoce a este hecho, fueron partícipes: Antonio de la Maza, Pedro Livio Cedeño, Antonio Imbert Barrera, Huáscar Tejeda, entre otros.

Para Infante, la sociedad dominicana no ha vivido bajo la democracia después de la muerte del tirano debido a que esta implica responsabilidades que los ciudadanos no cumplen en el país.

“Le hemos dicho democracia porque está muy de moda y porque suena muy bonito hablar de democracia, pero aquí realmente no hay”, afirmó.

Detalló que tanto los ciudadanos como las autoridades tienen el compromiso de respetar los deberes y leyes que tienen con la nación.

“Hemos vivido gobiernos que han practicado las libertades públicas porque es la única forma en que han podido sostenerse, sobre todo al sustituir una dictadura que se caracterizó por negar las libertades”, señaló.

Dijo que esta es la razón por la que el pueblo se ha acostumbrado y desarrollado una tolerancia al delito y las malversaciones de los fondos públicos, acciones que continúan muy presentes en la sociedad al día de hoy.

Manifestó que los gobiernos tratarán de frenar estas acciones, más no desaparecerán porque son “como un cáncer”.

Consideró que la corrupción logrará apaciguarse durante un tiempo, pero no será permanente debido a que no se ha formado una clase gobernante que decida frenar esta situación.

“Viéndolo todo en una perspectiva amplia debemos ser optimistas, esperar y desear que la cosas marchen medianamente bien”, indicó.

OM/JCV