Periódico Digital de República Dominicana

«Ni un rumor / Ni una hazaña secreta / Ni un vencido poblado» Pedro Mir -14 de Junio,1959

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Por: José Tiberio Castellanos

Yo había mencionado el evento como Quijotada Sangrienta. La  mañana del 27 de febrero de 1959 yo estaba de guardia

frente a la Alcaldía de la Habana (Sí, yo también fuí «miliciano»). Manuel Lorenzo Carrazco que habia salido por unas horas del campamento donde ya se entrenaban los que irían a Santo Domingo, se detuvo allí por unos instantes, y con la cara muy seria, 

me dijo: «Tiberio, esto es un Holocausto». No fue mucho más lo que hablamos Manolo y yo esa mañana. El salía del Campamento por unas horas, permiso que no daban a muchos, y me pareció que sólo a mi, amigo y compañero de mas de diez años de exilio (Manolo comunista, yo católico) se atrevía a confesarme su frustración. 

      Mas aún, yo, ninguna pregunta debía hacerle. Los del MPD que igual que todos los demás, anduvimos entusiasmados con ese «viaje», nos habíamos separado del grupo luego de un intercambio de opiniones (casi discusión) con Tulito Arvelo, uno de los jefes principales del grupo. El asunto fué primero con Máximo y luego conmigo. Y luego el grupo decidió que no nos querían allí. Y nos salimos. Ellos, días después, se fueron a su lugar de entrenamiento. De donde habia salido por unas horas para venir a La Habana, Manolo Lorenzo.     

      Así que ningún comentario de mi parte a su confidencia pude hacerle a Manolo. «Tiberio, esto es un holocausto». Máximo, que conocía muy bien el temple viril de Manolo, puso una cara muy fea cuando yo se lo conté. 

      Han pasado los años. Mucho tiempo. Dios me ha regalado tiempos. Hoy no se me ocurre que aquello fué una quijotada, ni un holocausto, como dijo Manolo. Aquello que canta y llora, nuestro poeta  Pedro Mir en su elegía fue un trágico disparate.

      Disparate trágico como también lo fue Manaclas: Se alzaron. Se desarmaron.

      Desarmados se  rindieron. Los Mataron. 

      Ninguna lógica tenia este otro disparate. Salvo que: «Hay que subirse a la loma».