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«Mi abuelo no sobrevivió a Auschwitz para atacar Gaza»: judíos antisionistas condenan los bombardeos

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Andréa Becker es una estudiante judía de la Universidad de Nueva York explica la historia de su abuelo y se muestra «claramente contraria a los bombardeos en Gaza».

Mi abuelo no sobrevivió a Auschwitz para atacar Gaza»: judíos antisionistas condenan los bombardeos
Israel y Palestina viven la peor escalada de violencia de los últimos años. Ocho días de ataques continuos por parte de un lado y del otro. El movimiento islamista Hamás (considerado organización terorista por parte de Israel, Estados Unidos y muchos otros países) lanza misiles desde Gaza contra sus vecinos judíos y desde Israel responden bombardeando la Franja.

Sin embargo, el detonante de esta ofensiva difiere en esta ocasión de enfrentamientos anteriores: el aumento de la tensión tiene su origen en Jerusalén, donde han confluido una serie de factores y movilizaciones que han reabierto las causas del conflicto.

La extensión de las protestas a las comunidades árabes en Israel, de origen palestino; los enfrentamientos entre civiles; y el foco puesto en la movilización del barrio jerosolimitano de Sheik Jarrah por el posible desalojo de familias palestinas en favor de colonos judíos pusieron de manifiesto la existencia de estas nuevas dinámicas en el estallido de la violencia.

Ocho días después de que se encendiera la mecha el mundo entero ha vuelto a posar sus ojos en Oriente Próximo. Y no es una forma de hablar: el presidente de EEUU, Joe Biden, se ha implicado personalmente y ha establecido contacto telefónico tanto con el presidente de Israel, Benjamin Netanyahu, como con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas. La Unión Europea (UE) ha abogado estos días por el alto el fuego. Y el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió este domingo de urgencia ante el temor de que la contienda pueda implicar a otros países y el conflicto acabe por desestabilizar la región, con el agravante añadido de la situación pandémica.

Manifestación en Madrid

La intensidad de los ataques, con más de 3.300 misiles lanzados por Hamás desde el pasado lunes, y los casi 200 muertos de estos últimos ocho días (entre ellos mujeres y niños), no sólo han provocado la condena de varios Estados, también han hecho que miles de personas hayan salido a la calle en distintas partes del mundo para manifestarse contra los bombardeos de Israel en Gaza como mecanismo de defensa. Ha habido protestas multitudinarias en Londres, París, Berlín, Nueva York…

Y entre quienes protestan hay un grupo singular: judíos antisionistas que han salido a la calle para condenar los bombardeos. «Mi abuelo no sobrevivió a Auschwitz para bombardear Gaza». Esa es la imagen más icónica que han dejado las marchas de este pasado domingo en Brooklyn. El cartel lo sostenía frente a la cámara Andréa Becker, una estudiante de la Universidad de Nueva York que está estudiando el doctorado.
«Esta foto está circulando, pero admito que este es mi primer evento antisionista», escribía Andréa en Twitter. Una mujer que se define como «feminista médico-sociológica». Reconoce que no es la única judía a la que le aterra defender sus valores. «He tenido miedo de lo que dirían otros judíos y de lo que pensaría mi familia», señala. «Pero es verdad. Mi abuelo no sobrevivió a Auschwitz para bombardear Gaza», que es el mensaje que se aprecia en su cartel.

Andréa explica que al acudir a una marcha antisionista pensaba que se iba a encontrar con un potente ambiente antisemita y que la gente la odiaría por el hecho de ser judía. Sin embargo pronto se dio cuenta de que todo es «como en cualquier otra protesta, la gente está feliz de compartir cosas con otras personas y de sentir que hay solidaridad. No se trata de odiar a los judíos, se trata de desear un mundo mejor».

«Como judía de México he visto cómo el trauma del Holocausto y la sensación de sentirte extranjero en tu propio país te lleva a aferrarte al sionismo como si fuera un bote salvavidas. Da miedo comprender que tu libertad simbólica está enraizada en la violencia», afirma. «Estoy cansada de que se destruyan hogares y familias en mi nombre», sentencia.

Para Andréa declararse antisionista no ha sido fácil. «Salir del armario y confesar a mis padres que soy antisionista fue cien veces más aterrador que contarles que soy homosexual».

Israel sigue bombardeos Gaza; la ONU pide fin de hostilidades

Aviones de combate de Israel lanzaron una nueva serie de intensos bombardeos en distintos puntos de la Ciudad de Gaza el lunes en la madrugada, horas después de que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu indicó que la cuarta guerra con los gobernantes del grupo extremista Hamas en Gaza continuará.

Las explosiones hicieron estremecer la ciudad de norte a sur durante unos 10 minutos, en una ofensiva que fue de mayor intensidad, sobre una zona más extensa y de mayor duración que los ataques de las 24 horas previas en los que murieron al menos 42 palestinos, el bombardeo más letal desde que estallaron los intensos enfrentamientos. En la ofensiva israelí previa se derrumbaron tres edificios.

En un discurso televisado, Netanyahu dijo que los ataques continuaban con “toda su fuerza” y que “tomarán tiempo”. Israel “quiere imponerle un alto precio” a Hamas, agregó, acompañado de su ministro de Defensa y rival político, Benny Gantz, en un despliegue de unidad.

Hamas dispara cohetes.- Hamas también siguió con sus ataques, usando zonas civiles de Gaza para disparar cohetes hacia zonas civiles de Israel. Uno de los proyectiles alcanzó una sinagoga en la ciudad de Ascalón, en el sur de Israel, poco antes del inicio del feriado judío de Shavuot, informaron los servicios de emergencia. No se reportaron heridos. En el bombardeo israelí a primeras horas del domingo, varias familias quedaron enterradas bajo los escombros.

En el suelo podía verse un canario amarillo aplastado. Los vidrios rotos y los escombros cubrían las calles a cuadras de distancia de la avenida importante del centro donde los tres edificios fueron derrumbados en un lapso de 5 minutos alrededor de la 1 de la mañana. Las hostilidades han ido en aumento en el transcurso de la última semana, al grado de convertirse en los combates más intensos en el territorio entre Israel y Hamas desde 2014.

En este mes el conflicto bélico ha dejado 268 muertos en su mayoría del conclave de la Franja de Gaza

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Palestinos vuelan globos cargados con material inflamable para ser arrojados al lado israelí, cerca de la frontera entre Israel y Gaza en el centro de la Franja de Gaza

Tras tres días de ataques consecutivos a su territorio el Ejército israelí lanzó este jueves un ataque de bombardeo a miembros del movimiento islamista Hamás en la Franja de Gaza, por segunda vez esta semana. Los bombardeos impactaron en tres centros de entrenamiento pertenecientes a las Brigadas de Ezedin Al Kasem, brazo armado de Hamás, que controla de facto el enclave desde 2007.

“Durante el día de hoy, globos incendiarios fueron lanzados desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí. En respuesta, hace poco tiempo, aviones de combate del Ejército israelí atacaron recintos militares y un sitio de lanzamiento de cohetes pertenecientes a la organización terrorista Hamás”, señaló un comunicado publicado por el Ejército Israelí.

Este jueves Los globos causaron ocho incendios en la zona, lo que eleva la cifra a más de 30 desde el comienzo de lanzamientos por parte de milicianos en Gaza el pasado martes, según informaron medios israelíes.

Durante esa jornada, en la que se registraron 25 incendios en el sur de Israel a causa de estos ataques, el Ejército también respondió con bombardeos sobre objetivos del brazo armado de Hamás, al que responsabiliza de todas hostilidades que surjan desde la Franja.

Hamás, por su parte, señaló hoy en un comunicado posterior a los bombardeos que si Israel “comete cualquier estupidez” contra la población de Gaza o miembros del movimiento, habrá una respuesta armada.

Estas tres jornadas de hostilidades entre Israel y las milicias de Gaza fueron las primeras desde el 21 de mayo, cuando entró en vigor una tregua “mutua, simultánea y sin condiciones».