Periódico Digital de República Dominicana

¿Qué sucede en Perú?

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“Quien domine las dos grandes columnas de Mesoamérica y de los Andes Centrales domina América Latina, y quien domine América Latina dominará el futuro de la humanidad.”

Por: Alberto Ortíz

Como se ha visto en los variados medios de comunicación, hay una tremenda conflagración en ese momento en la sociedad peruana. 

La razón de esta conflagración es la destitución de su presidente elegido democráticamente: Pedro Castillo, que es un hombre que proviene de los sectores populares. 

Esa destitución ha detonado un conflicto que, aunque viene de siglos, apenas comienza. tratemos de acercarnos a la situación peruana desde tres dimensiones estrechamente interrelacionadas entre sí: 

  1. La primera de estas tres dimensiones es la lucha de clases. En Perú, como en prácticamente toda América Latina, existen, grosso modo, dos sectores sociales: uno es el oligárquico, que son élites blancas o blancuzcas, totalmente dependientes de Europa o de los Estados Unidos. No es exagerado afirmar que poseen una absoluta cosmovisión europea o estadounidense, y que desprecian todo aquello que les parece autóctono. Estas élites dominan el resto de la sociedad, son ellos los dueños de los medios de comunicación, son los dueños de las empresas, son los dueños de los bancos, o sea, son los dueños de la economía, y por lo tanto de la política y de lo militar. 

El otro gran sector en América Latina es el amplio abanico de los sectores populares: mestizos, negros, indígenas, mulatos, zambos, e incluso blancos pobres o empobrecidos.

Este esquema se da en prácticamente en todos los países de América Latina: la oligarquía peruana es la imagen en el espejo de la oligarquía argentina, ésta de la oligarquía brasileña, y ésta de la oligarquía mexicana. Por otro lado, los pueblos de América Latina son exactamente los mismos en todos nuestros países. Esta dinámica se repite en toda la región con la excepción de Haití, en donde no existe una élite blanca o blancuzca, porque fue barrida en la revolución de principios de siglo XIX, y son sectores negros relativamente homogéneos los que dominan el resto de la sociedad. Pero fuera de Haití, el esquema funciona para toda América Latina.

Entonces el primer nivel del conflicto peruano tiene que ver con un hartazgo que se exacerbó, con el advenimiento en las últimas décadas del siglo del siglo XX, del neoliberalismo como modelo económico y cultural. Gracias a este modelo depredador de los pueblos los ricos de la región han acumulado fortunas de ensueño, mientras las inmensas mayorías pobres y empobrecidas han acumulado pobreza de pesadilla. Hay un cansancio generalizado en los pueblos y el donante de la conflagración puede ser cualquier cosa: puede ser un asunto complejo, como en este caso del Perú, que ha sido destitución del presidente o puede ser un asunto trivial, como el caso de Chile, que fue el aumento de unos pesos en el pasaje del Metro. Lo cierto es que a todo lo largo y ancho de América Latina y el Caribe hay una tremenda conflagración social, obviamente porque América Latina y el Caribe en la región más desigual del planeta, No existe otro lugar en el mundo en donde la distancia entre las oligarquías y los sectores populares sea tan alta como en América Latina. Eso por supuesto, tarde o temprano, tiene que reventar. 

  • La segunda dimensión para tratar de entender lo que sucede en Perú es lo referido al cambio sistémico en el mundo. A todo lo largo y ancho de planeta, a todo nivel del planeta, existe un cambio de sistema. Es un cambio total de sistema. Político, económico, militar, e incluso hasta de conciencia individual y social. Como ejemplo se puede decir que ya no es ni un solo país, ni una sola casta, los que determinan lo que acontece en el mundo. Ya no es un solo centro de poder el que dicta cuáles deben ser nuestros valores, cuál debe ser nuestra economía, cuál deben ser nuestra cosmovisión, sino que el poder se ha diversificado y existen retos muy grandes al poder del hegemón. Ya Estados Unidos y Europa no pueden andar a su antojo a lo largo y ancho del planeta.  Ya tiene sectores que los retan, pero no solo los retan económica y militarmente, sino que los retan también culturalmente. Son sectores, como por ejemplo China o como por ejemplo Rusia, que han querido volverse sobre sí mismos y poner sus propios valores culturales, sus propios valores económicos y sus propios valores militares, y ya no depender de los valores de occidente.  Es decir, hay una desestabilización del sistema, o sea, el sistema se está quebrando, se está transformando. Eso por supuesto genera grandes conflagraciones, esas conflagraciones son erupciones volcánicas, que van acaeciendo en los diferentes lugares. Lo mismo sucede en Taiwán, los mismo sucede en Kosovo, lo mismo sucede en Ucrania, y por supuesto lo mismo sucede en América Latina. Perú no está exento de esas conflagraciones; ni Perú ni ningún país de América Latina ni ningún país del mundo está exento de esta dinámica. La desestabilización del sistema afecta directamente lo que está sucediendo en este momento en el Perú. Esas erupciones volcánicas que suceden en varios lugares del orbe también suceden y van a suceder muchísimo en América Latina, agravadas por las condiciones de pobreza, de exclusión, de polarización extrema que existe en nuestras sociedades.
  • La tercera dimensión para tratar de entender lo que sucede en Perú podría ser llamado una lucha ancestral. La civilización humana nació de manera dual en tres áreas del planeta. La primera área es Egipto y Mesopotamia, en donde nacieron dos grandes civilizaciones, separadas por el Mar Rojo. La segunda área es China y la India, en donde nacieron otras dos grandes civilizaciones, separadas por la cordillera del Himalaya. Y el otro sector es Adya Yala (América Latina contemporánea). En esta región nació la Civilización Mesoamericana (centro norte de México hasta la península de Nicoya en Costa Rica) y la gran civilización de los Andes Centrales (Perú, Bolivia, norte de Argentina y de Chile, sur de Ecuador), separadas por la mar Caribe.  Halford John Mackinder (18611947) decía: «Quien domina el este de Europa, domina Heartland, quien domina Heartland, reina en la ‘Isla del Mundo’, quien domina la ‘Isla del Mundo’, gobierna el mundo entero». Si reflejáramos esto que sucede a nivel mundial al nivel de la región, entonces podríamos decir, parafraseando a Mackinder: “Quien domine las dos grandes columnas de Mesoamérica y de los Andes Centrales domina América Latina, y quien domine América Latina dominará el futuro de la humanidad.” Esta lucha ancestral, que de alguna manera subyace a los otros dos niveles, es muy difícil, pero muy necesaria de entender. En esta lucha los pueblos originarios de la región tienen un papel determinante, la fuerza soterrada de sus culturas milenarias emerge ahora para alumbrar un nuevo mundo. Esta lucha va a costar a los pueblos mucho sufrimiento. Al final quien salga victorioso construirá el rostro de la humanidad del siglo XXI y del siglo XXII.

Doctor Alberto Ortíz geopolitólogo, profesor de la Universidad de Costa Rica.