Sra. Wendy Sherman, bienvenida, pero…
En el caso referente a la problemática haitiana su interés es muy claro, ustedes y sus verdaderos “socios” del primer mundo nos necesitan como territorio de contención del universo de dramas que padece Haití
Su visita a República Dominicana debió ser una expresión de mea culpa a través de una disculpa previa y pública de su agencia por las mentiras puestas a correr sobre nuestro país en el sentido de que aquí se persiguen las personas por su perfil racial, en ese contexto, no siendo así por el momento, sus declaraciones en el sentido de que somos socios por supuesto que irritan a un pueblo injustamente acusado y sancionado como racista.
Es importante que sepa que los dominicanos estamos al tanto de quienes son sus sirvientes aquí, algunos de los “líderes” de sociedad “civil” con que ustedes suelen reunirse, usted sabe mejor que yo que no son tales, más bien son sus vasallos, cuyo modus vivendi se sustenta en el usufructo de dramas ajenos que en general sirven sus desatinadas agendas y son financiados con fondos de @USAID y de los intereses locales establecidos, de ahí su honestidad al admitir que se ha reunido con ellos “para discutir su trabajo vital para crear una RD más democrática, equitativa e inclusiva”, en pocas palabras, para recibir sus informes y darles instrucciones porque el que paga manda. Sin embargo, es necesario precisarle que esa no es una representación de la sociedad dominicana.
Los gestos de amistad sincera que siempre le hemos brindado a su país, en general, casi nunca han sido reciprocados por lo menos con respeto, una muestra de ello es su empecinada e irracional actitud contra nuestra merecida imagen como nación libre de los traumas raciales que aún enferman la suya. En pocas palabras, señora, como siempre se ha dicho, los imperios no tienen amigos sino intereses, ustedes no son la excepción.
En el caso referente a la problemática haitiana su interés es muy claro, ustedes y sus verdaderos “socios” del primer mundo nos necesitan como territorio de contención del universo de dramas que padece Haití, en ningún caso les interesa la desgracia de la nación que habita ese desdichado espacio de la humanidad y mucho menos les interesa meterse las manos en el bolsillo para asumir los sacrificios de redimirla de las mismas, como demanda una política de liderazgo mundial humanamente inspirada, por eso nos necesitan, porque no les importa a la larga que esa desgracia se multiplique por dos.
Como Estado, Haití es una mentira más, una mentira que no se sostiene jurídicamente porque no tiene siquiera instituciones en capacidad de sostener el control de su territorio, que lejos de abrigar su población la lanza al mar de la incertidumbre migratoria en una estrategia de expulsión de población determinada por el hambre y la indiferencia de unas élites que no tienen ninguna responsabilidad con su destino, las cuales sólo esperan la perversa expectativa del incremento de las remesas de los desarraigados para expoliarlas a los rezagados que las esperan como única esperanza vital.
Como en los círculos viciosos en los que usted se piensa mover pensando que esta entre los dominicanos probablemente no le alerten sobre las implicaciones de la inexplicable e imprudente agenda que ustedes han diseñado para las naciones que habitan La Hispaniola, me siento en el deber de advertirle que sus planes de usarnos como salvavidas de Haití terminarán hundiendo ambas naciones y que su ejecución implicará un caos sangriento frene a la inevitable confrontación entre ambas naciones, que no es lo mismo decir que entre ambos gobiernos, y eso, que no le quepa la menor duda, terminará impactando también la seguridad de su poderoso país.
Como dama distinguida y ciudadana de un pueblo noble sea bienvenida, pero como representante de una autoridad extranjera que ha abusado y abusa de su poder para humillar nuestra soberanía al tiempo que finge una falsa solidaridad con Haití, le invitamos a regresar en paz.