La homosexualidad, perseguida en el pasado, se ha convertido en perseguidora

Nadie, en ninguna parte esta hablando de prohibir o perseguir a las personas LGTBI pero si estamos reaccionando a los intentos de la agenda LGTBI de perseguirnos a nosotros por rechazar algunas de sus imposiciones

El periódico El País, de Madrid, publicó en primera plana de la edición digital del 29/06/2023 lo siguiente: “UNA OFENSIVA EN TODO EL MUNDO CONTRA LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS LGTBI”.

Citando “expertos”, acudiendo a “informes” y destacando la ola reaccionaria que se levanta en todo el mundo ante las ganancias experimentadas en la ultima década por las personas LGTBI y las entidades que representan sus intereses.

Grosera manipulación mediática. Titulo y contenido de la publicación simplemente perverso. No hay ninguna ofensiva mundial contra los derechos de las personas LGTBI lo que, sí hay, y por suerte, es una reacción generalizada a la pretensión de las personas LGTBI y sus entidades de erigirse en modelo e imponer su agenda. a todos los demás.

Si se trata de tolerar y convivir con la población LGTBI basta decir que no hay ningún problema y que la historia está llena de la presencia de estas personas.

Si se trata de priorizar la ideología de genero, el lenguaje inclusivo y los derechos matrimoniales como modelo entonces digo NO y en mayúscula.

Nadie, en ninguna parte esta hablando de prohibir o perseguir a las personas LGTBI pero si estamos reaccionando a los intentos de la agenda LGTBI de perseguirnos a nosotros por rechazar algunas de sus imposiciones.

A mi no hay quien me haga decir todas y todos, y no acepto el famoso y opresivo e intolerante lenguaje inclusivo. No acepto tampoco la agenda LGTBI como modelo ni tampoco las pretensiones ni caza de brujas de toda disidencia que las enfrente.

La homosexualidad que fue injustamente perseguida en el pasado se ha convertido en perseguidora. Y no. NO me da la gana. Así de simple. Nadie está suprimiendo derechos sino evitando perder los que aun nos quedan frente a minorías vociferantes que en nombre de la democracia y la modernidad son realmente intolerantes.

El matrimonio es un puro contrato y como tal lo registra y trata la Ley, pero la familia es otra cosa, es el edificio que alberga a un hombre y una mujer generalmente con sus progenitores y/o sus descendientes.