Omar Rancier alerta sobre el turismo y los desafíos de la Zona Colonial
“Hay fallas graves por parte de la planificación; no se acaba de entender que el tema de la seguridad ciudadana tiene mucho que ver con el uso de los espacios públicos. Los espacios públicos tienen reglas, y estas se deben imponer a través de una estrategia de gestión por parte del Estado.
«Lo característico del momento es que el alma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho a la vulgaridad y lo impone dondequiera».
Esta sentencia de José Ortega y Gasset, escrita hace 70 años en «La rebelión de las masas»
Luis Omar Rancier Valdés, Decano de la facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, en entrevista ofrecida a Onorio Montás, en su programa “Revista Dominical Dejando Huellas”, que se trasmite por QuisqueyaFm.
Expuso sus criterios sobre los actos vandálicos acaecidos el pasado 31 de octubre en la zona colonial de la ciudad y disertó sobre el fenómeno de la gentrificación en espacios de interés patrimonial para los dominicanos.
De acuerdo con Rancier Valdés, lo ocurrido en la zona colonial tiene varias lecturas, pero todas indican, a las claras, que algo está fallando: “Hay un componente social, económico y urbano, que está fallando en nuestra sociedad”.
Cuando sucedió eso me acordé de una frase de Ortega y Gasset, del libro La rebelión de las masas, que dice más o menos así: ‘La vulgaridad, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de asumir la vulgaridad para imponérsela a todo el mundo’. Y de alguna manera, el Estado ha desatendido la educación de las grandes mayorías dominicanas”, afirmó.
Respecto al mar de personas que se aglomeraron en la zona colonial para festejar Halloween, el distinguido arquitecto hizo alusión a la convocatoria del productor musical e influencer Santiago Matías (Alofoke), quien instó a sus seguidores a dirigirse al centro histórico a través de sus redes sociales. No obstante, Rancier Valdés explicó que esta es solo una de las aristas del problema.
A la falta de educación por parte de muchos jóvenes como los que vandalizaron la ciudad colonial en dicha ocasión, el entrevistado añadió la ausencia de estrategias, diseñadas por el Estado, para velar por el cumplimiento de las normas urbanas al usar los espacios públicos:
“Hay fallas graves por parte de la planificación; no se acaba de entender que el tema de la seguridad ciudadana tiene mucho que ver con el uso de los espacios públicos. Los espacios públicos tienen reglas, y estas se deben imponer a través de una estrategia de gestión por parte del Estado. El problema de la falta de educación, que se refleja en la vulgaridad de la que habla Ortega y Gasset, se vincula con una planificación que ha sido más objetual que social”, concluyó.
Por otra parte, Rancier Valdés aludió también la posibilidad de que lo acontecido en la zona colonial tenga que ver con la intención de generar, a través del caos social, la pérdida de valor de algunas propiedades en la zona, y así, ciertos grupos económicos puedan acceder a este espacio con proyectos turísticos lucrativos.
El fenómeno de la gentrificación
Vinculado a lo anterior, Rancier Valdés también se refirió al fenómeno de la gentrificación, al cual definió de la siguiente forma: “Es un proceso social, paulatino, que se da cuando un sector de la ciudad, antes devaluado, comienza a asumir una preponderancia dentro del espacio urbano, y empieza a ser ocupado por sectores de mayores ingresos, quienes van expulsando a la población original”.
El decano de la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) esbozó además los diferentes procesos de movimientos urbanos acontecidos en territorios como la zona colonial y el sector Gascue, y afirmó que existe un interés actualmente por parte de los grupos económicos más poderosos de establecer sus negocios en dichos espacios, fundamentalmente con miras al turismo.
Asimismo, Rancier Valdés acotó que estos procesos de gentrificación, usualmente se llevan a cabo como transacción económica fría, de compra y venta, y se obvian así muchos aspectos de interés social y urbano como la conservación del patrimonio.
Además, incidió sobre las normativas que se llevan a cabo en el escenario internacional para preservar la armonía de las ciudades, muchas de ellas enfocadas al tratamiento de los Airbnb.
De igual forma, insistió en la necesidad de priorizar el aspecto social a la hora de intervenir espacios como la zona colonial, y abundó sobre los diferentes estudios realizados como parte de los intentos de recuperación del centro histórico de la ciudad, los cuales concluían que el éxito de los proyectos estaría medido por la capacidad de estos de garantizar el bienestar de las familias residentes del lugar.
A propósito, el distinguido arquitecto apuntó algunas ideas que resultaron del LXI Seminario Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos, ICOMOS 2022, Gentrificación, transformación y desarrollo: El destino de los centros históricos. Así, disertó sobre los modelos y estrategias establecidas por ciudades como Cartagena de Indias, La Habana y San Juan.
Entre los principales aportes de dicho encuentro, Rancier Valdés expuso que, en las tres ciudades citadas, amén de diferencias naturales de gestión del patrimonio, lo que prima es la pérdida del sentido de comunidad en esos territorios, y, a la vez, una presencia agresiva del sector del turismo.
Sobre las consecuencias de este turismo descontrolado en el panorama urbano de la ciudad colonial, el arquitecto Rancier señaló que fenómenos como la prostitución, el juego y otras perversiones sociales van en detrimento de nuestra cultura nacional y que empañan la imagen de República Dominicana en la arena internacional.
“Uno siente aquí en Santo Domingo que no hay una visión integral en el manejo de la zona colonial, que contemple componentes sociales y económicos, para que se genere no solo desarrollo turístico, sino desarrollo local”, señaló.
Recordó que el 8 de diciembre de 1990 fue declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio de la Humanidad, bajo el nombre de Ciudad colonial de Santo Domingo, y hemos estado a punto de que sea revisada esta resolución de la UNESCO.
Además, Rancier Valdés enfatizó en la necesidad de planes de construcción de viviendas para estimular el bienestar de las familias que han residido en la zona y, por ende, poseen un compromiso mayor con la preservación del casco histórico, además de que son estas las que aportan una indudable dominicanidad al paisaje urbano.
Omar Rancier
Nació en Santo Domingo, 1952. Arquitecto y pensador del espacio dominicano (y caribeño), uno de los fundadores del grupo Nueva Arquitectura.
Ha sido profesor de la UNPHU por más de 18 años tanto en la carrera como en las maestrías de Arquitectura Tropical y de Restauración de Monumentos.Es Arquitecto graduado Cum Laude en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Arquitecto, ensayista y conferencista, Presidente del Comité Dominicano del ICOMOS y del Grupo Nuevarquitectura, miembro fundador de la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana.
Ha recibido premios en el marco de las Bienales Nacionales de Artes Plásticas y de la Bienal de Arquitectura de Santo Domingo y del Caribe. Arquitecto Restaurador de la Iglesia de Bánica y el Castillo del Cerro. Premio Armando Mestre del gobierno de Cuba, 1995 y Premio Henry Klump, del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico.