Informe especial para la Revista Dominical Dejando Huellas desde los Ángeles, California

IX Cumbre de las Américas, celebrada esta semana en Los Ángeles (Estados Unidos)

Por: Marcia Facundo

El tema de la inmigración jugó un papel clave durante la Cumbre de las Américas, que se celebró esta semana aquí en la ciudad de Los Ángeles, en California, y a la que acudió el presidente dominicano Luis Abinader.

Es que, al igual que a nivel mundial, el creciente flujo de personas que huyen de los conflictos políticos, o del hambre y la pobreza es uno de los principales problemas que enfrentan los países más estables de la región.

Al final del evento, 20 de los países participantes firmaron un pacto migratorio, denominado la “Declaración de Los Ángeles”, con una serie de compromisos concretos para contener la crisis migratoria que afecta, principalmente, a Estados Unidos.

El pacto es un plan para países que reciben a un gran número de inmigrantes y refugiados, y traza una ruta para combatir el contrabando de personas. Estados Unidos ha sido el destino más popular para los solicitantes de asilo desde 2017, lo que ha supuesto importantes retos para Biden, como también para sus dos predecesores inmediatos, Donald Trump y Barack Obama.

Pero la declaración parece no tener propuestas que beneficien a República Dominicana y la crisis que enfrenta por la migración haitiana. Al final, el presidente Abinader rehusó firmar el pacto, y dijo que la comunidad internacional debe asumir de manera definitiva el problema de Haití.

A pesar de la protesta silente de Abinader, la “Declaración de Los Ángeles” es vista por observadores políticos como quizás el mayor logro de la Cumbre de las Américas, que se vio golpeada por las diferencias que despertó la lista de líderes invitados por el presidente Joe Biden.

Las delegaciones de México y de varias naciones centroamericanas estuvieron encabezadas por sus principales representantes diplomáticos, y no por sus presidentes, tras la negativa de sus mandatarios a participar en un evento del que se excluyó a Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Biden lanzó además lo que la Casa Blanca anunció como la Asociación de las Américas para la Prosperidad Económica con el fin de promover una «recuperación equitativa» de la pandemia, así como más de 300 millones de dólares en ayuda para la inseguridad alimentaria a la región.

Además de República Dominicana, muchos de los países latinoamericanos presentes en la Cumbre ya tienen acuerdos de libre comercio con Washington, incluidos Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y Perú.

Desde Los Ángeles, Marcia Facundo para la «Revista Dominical Dejando Huellas».

SALA DE PRENSA

Declaración sobre Migración y Protección de Los Ángeles 


JUNE 10, 2022• DECLARACIONES Y COMUNICADOS

Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno de la República Argentina, Barbados, Belice, la República Federativa del Brasil, Canadá, la República de Chile, la República de Colombia, la República de Costa Rica, la República del Ecuador, la República de El Salvador, la República de Guatemala, la República de Haití, la República de Honduras, Jamaica, los Estados Unidos de América, los Estados Unidos Mexicanos, la República de Panamá, la República del Paraguay, la República del Perú y la República Oriental del Uruguay, reunidos en Los Ángeles en los márgenes de la Novena Cumbre de las Américas, reiteramos nuestra voluntad de fortalecer los esfuerzos nacionales, regionales y hemisféricos a fin decrear las condiciones para una migración segura, ordenada, humana y regular, así como fortalecer los marcos necesarios para la protección y cooperación internacional.

Reconocemos la necesidad de promover condiciones políticas, económicas, de seguridad, sociales y ambientales para que las personas lleven una vida pacífica, productiva y digna en sus países de origen. La migración debería ser una elección voluntaria e informada, y no una necesidad.

Nos comprometemos a proteger la seguridad y la dignidad de todos los migrantes, refugiados, solicitantes de asilo y apátridas, independientemente de su calidad migratoria, y a respetar sus derechos humanos y libertades fundamentales. Prevemos cooperar estrechamente para facilitar una migración segura, ordenada, humana y regular y, conforme proceda, promover los regresos seguros y dignos, de forma coherente con la legislación nacional, el principio de no devolución y nuestras respectivas obligaciones en virtud del derecho internacional.

Reconocemos que abordar la migración internacional irregular requiere un enfoque regional, y que los retos sanitarios, sociales y económicos actuales relacionados con la pandemia exacerban las causas fundamentales que impulsan la migración irregular, incluidas las vulnerabilidades de muchos migrantes y sus comunidades. 

Valoramos la tradición de nuestra región al acoger a los refugiados y a los migrantes; y al mostrar solidaridad con nuestros vecinos. Reconocemos las aportaciones positivas de los refugiados y los migrantes al desarrollo socioeconómico de sus comunidades de acogida. Reconocemos los esfuerzos sostenidos de los Estados de nuestro hemisferio para acoger a los refugiados, proporcionar vías regulares de migración, promover la integración económica y social local, facilitar el regreso seguro, dignificado y voluntario y apoyar la reintegración sostenida de los repatriados. 

Seguimos comprometidos con el aprovechamiento colectivo de los beneficios de la migración en tanto que abordamos sus retos en los países y comunidades de origen, tránsito, destino y regreso. Lo hacemos con un espíritu de colaboración, solidaridad y responsabilidad compartida entre Estados y en asociación con la sociedad civil y las organizaciones internacionales. Reafirmamos nuestro compromiso compartido de apoyar a las comunidades de acogida; fortalecer y ampliar las vías regulares y el acceso a la protección internacional; fomentar las oportunidades de trabajo decente; facilitar la normalización y el acceso a los servicios básicos; y promover los principios de una migración segura, ordenada, humana y regular.

También procuramos fortalecer las instituciones que son responsables de la gestión de la migración en nuestros países e intercambiar mejores prácticas, con el fin de proporcionar cuidado adecuado y eficiente a los migrantes y acceso a protección para los refugiados.

Promover la estabilidad y la asistencia para las comunidades de destino, origen, tránsito y regreso

Afirmamos que es posible que los países de origen, así como los países y las comunidades que acogen a un gran número de migrantes y refugiados, necesiten financiamiento y asistencia internacional relacionados con el desarrollo, las necesidades humanitarias básicas, la protección, la seguridad, la salud pública, la educación, la inclusión financiera y el empleo, entre otros. Apoyamos los esfuerzos que permiten a todos los migrantes, refugiados, solicitantes de asilo y personas en situaciones de vulnerabilidad integrarse en los países de acogida y acceder a una identidad legal, condición regular, empleo digno, servicios públicos y protección internacional cuando sea adecuado y de conformidad con la legislación nacional, para reconstruir sus vidas y contribuir a esas comunidades. Tenemos previsto continuar los esfuerzos para prevenir y reducir la apatridia. Nos proponemos ampliar los esfuerzos para abordar las causas fundamentales de la migración irregular en todo nuestro hemisferio, con el fin de mejorar las condiciones y oportunidades en los países de origen y la promoción del respeto de los derechos humanos. Reafirmamos la importancia de un regreso, readmisión y reintegración seguros, dignos y sostenibles de los migrantes para ayudarles a restablecerse en sus comunidades de origen. Reafirmamos, además, la importancia de garantizar que todos los ciudadanos extranjeros reciban asistencia consular rápida cuando la necesiten o la soliciten y los migrantes que regresan reciban un trato humano y digno, sin importar su calidad migratoria, incluido en el proceso de su repatriación y regreso.

Promover vías regulares de migración y protección internacional

Afirmamos que las vías regulares, incluidas las oportunidades de migración laboral circular y estacional, la reunificación familiar, los mecanismos de migración temporal y los programas de normalización promueven una migración más segura y ordenada. Pretendemos fortalecer las oportunidades de migración laboral justa en la región, mediante la integración de salvaguardias sólidas que garanticen una contratación ética y un empleo sin explotación, violencia ni discriminación, en consonancia con el respeto de los derechos humanos y con una perspectiva de género. Prevemos promover, de conformidad con la legislación nacional, el reconocimiento de las cualificaciones, y la portabilidad de las prestaciones sociales. Procuramos perseguir la rendición de cuentas de quienes cometen violaciones y abusos de derechos humanos. Proponemos promover el acceso a protección y vías complementarias para solicitantes de asilo, refugiados y apátridas, de conformidad con la legislación nacional y con respeto al principio de no devolución. Pretendemos promover procesos de gestión y seguridad de fronteras que respeten los derechos humanos y que fomenten y faciliten desplazamientos legales, seguros y sin riesgos dentro de la región. Nos comprometemos a garantizar los derechos humanos de las personas en situaciones de vulnerabilidad y a brindar acceso a protección internacional, conforme proceda. Además, pretendemos prestar una atención especializada y con perspectiva de género a las personas en situación de vulnerabilidad.

Promover una gestión humana de la migración

En el marco de la renovación de nuestro compromiso de respetar y garantizar los derechos humanos de todos los migrantes y las personas que necesitan protección internacional, reconocemos la responsabilidad de cada país de gestionar los movimientos mixtos a través de las fronteras internacionales de forma segura, humana, ordenada y regular. Tenemos la intención de ampliar los esfuerzos de colaboración para salvar vidas, hacer frente a la violencia y la discriminación, luchar contra la xenofobia y combatir el tráfico ilícito de migrantes y la trata de personas. Esto incluye la ampliación de la colaboración para procesar a las organizaciones delictivas dedicadas al tráfico ilícito de migrantes y a la trata de personas, así como a sus facilitadores y a las redes de lavado de dinero. Nos comprometemos a proporcionar protección y asistencia adecuadas a las personas víctimas. Según la legislación nacional, pretendemos mejorar y facilitar el intercambio de información entre las fuerzas de seguridad regionales con el fin de apoyar la investigación y el procesamiento de los delitos. Pretendemos explorar nuevos mecanismos, mientras preservamos y empleamos los foros regionales, subregionales, hemisféricos y mundiales actuales, para reforzar la cooperación en materia de gestión de fronteras y aplicar los mecanismos actuales relativos a regímenes de visado y procesos de normalización para combatir la explotación por parte de grupos delictivos. En el caso de los extranjeros sin necesidad de protección internacional y sin base legal para permanecer en su país de presencia, nos comprometemos a llevar a cabo cualquier regreso en consonancia con nuestras respectivas obligaciones conforme al derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional de los refugiados, y de manera que se respete la dignidad de la persona, se integren salvaguardias para evitar la devolución y se propicie el regreso de los menores a condiciones seguras. 

Promover una respuesta de emergencia coordinada

Conscientes de la importancia de promover una migración segura, ordenada y regular y la seguridad de migrantes, refugiados y solicitantes de asilo en la región, pretendemos cooperar en materia de respuesta ante emergencias y asistencia humanitaria en situaciones de movimientos migratorios y de refugiados masivos. Tenemos previsto reforzar los mecanismos de coordinación regional existentes y, según sea adecuado, la participación de la sociedad civil y de las organizaciones internacionales para avanzar en dichos objetivos. Esto incluye el fortalecimiento del intercambio de información, conforme proceda y de conformidad con la legislación nacional, la mejora de los sistemas de alerta temprana, el aprovechamiento de los foros y procesos existentes y pertinentes, y la definición de un conjunto común de desencadenantes que activen una respuesta coordinada.

Enfoque común para reducir y gestionar la migración irregular 

A fin de avanzar en los objetivos comunes establecidos en esta Declaración y crear las condiciones para una migración segura, ordenada, humana y regular mediante un sólido reparto de responsabilidades, pretendemos trabajar juntos a lo largo del hemisferio para:

  • Convocar a los bancos multilaterales de desarrollo, a las instituciones financieras internacionales y a los donantes tradicionales y no tradicionales para examinar instrumentos de apoyo financiero para los países que acogen a poblaciones migrantes y que enfrentan otros desafíos en materia de migración, sin perjuicio de las prioridades y los programas de financiación existentes.
  • Mejorar los mecanismos de cooperación regional para la cooperación en materia de cumplimiento de la ley, el intercambio de información, la gestión de las fronteras que tengan en cuenta la protección, los regímenes de visado y los procesos de normalización, conforme proceda y de conformidad con la legislación nacional.
  • Reforzar y ampliar las vías de migración laboral temporal, según sea viable, que beneficien a los países de la región, incluso mediante nuevos programas que promuevan las conexiones entre empleadores y trabajadores migrantes, salvaguardias sólidas para la contratación ética y la protección legal de los derechos de los trabajadores.
  • Mejorar el acceso de todos los migrantes, refugiados y apátridas a los servicios públicos y privados para promover su plena inclusión social y económica en las comunidades de acogida.
  • Ampliar el acceso a las vías regulares para los migrantes y los refugiados para que incluyan las opciones de reunificación familiar, cuando sea adecuado y viable, de conformidad con la legislación nacional.

Esta Declaración se basa en los esfuerzos y compromisos internacionales existentes y promueve la visión establecida en el Pacto Mundial sobre los Refugiados y el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular (GCM) en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.  Reconocemos los avances señalados en la Declaración de Progreso del Foro de Examen de la Migración Internacional para el GCM.  Afirmamos el trabajo fundamental que se sigue realizando dentro del Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones (MIRPS), la Conferencia Regional sobre Migración (CRM) y la Conferencia Suramericana sobre Migraciones (CSM), como entidades regionales claves para facilitar la implementación de esta Declaración, así como el Proceso de Quito y la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela. La Convención de las Naciones Unidas para los Refugiados de 1951; su Protocolo de 1967; la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; los Convenios de Ginebra de 1949 y el Derecho Internacional Humanitario; la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional; su Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños; su Protocolo contra el Tráfico Ilícito de Migrantes por Tierra, Mar y Aire; la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño; la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares; así como otras convenciones internacionales siguen siendo vinculantes para las Partes de esas convenciones que respaldan esta Declaración. Esta Declaración se ajusta a los compromisos asumidos por los Estados en la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y sus principios generales y directrices operativas para la contratación equitativa. Reiteramos la importancia y el significado del principio de no devolución como piedra angular de la protección internacional de los refugiados. Aplaudimos los esfuerzos realizados a lo largo de la región a fin de brindar una respuesta coordinada e integral a todos los migrantes, repatriados, refugiados, solicitantes de asilo y apátridas. Formulamos esta Declaración de compromisos jurídicamente no vinculantes para mejorar la cooperación y las responsabilidades compartidas en la gestión de la migración y la protección de manera que se basen en los derechos humanos, la transparencia, la no discriminación y la soberanía de los Estados.

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Los Angeles Declaration on Migration and Protection

June 10, 2022

We, the Heads of State and Government of the Argentine Republic, Barbados, Belize, the Federative Republic of Brazil, Canada, the Republic of Chile, the Republic of Colombia, the Republic of Costa Rica, the Republic of Ecuador, the Republic of El Salvador, the Republic of Guatemala, the Republic of Haiti, the Republic of Honduras, Jamaica, the United Mexican States, the Republic of Panama, the Republic of Paraguay, the Republic of Peru, the United States of America, and the Oriental Republic of Uruguay, gathered in Los Angeles on the margins of the Ninth Summit of the Americas, reiterate our will to strengthen national, regional, and hemispheric efforts to create the conditions for safe, orderly, humane, and regular migration and to strengthen frameworks for international protection and cooperation.

We embrace the need to promote the political, economic, security, social, and environmental conditions for people to lead peaceful, productive, and dignified lives in their countries of origin.  Migration should be a voluntary, informed choice and not a necessity.

We are committed to protecting the safety and dignity of all migrants, refugees, asylum seekers, and stateless persons, regardless of their migratory status, and respecting their human rights and fundamental freedoms.  We intend to cooperate closely to facilitate safe, orderly, humane, and regular migration and, as appropriate, promote safe and dignified returns, consistent with national legislation, the principle of non-refoulement, and our respective obligations under international law.

We acknowledge that addressing irregular international migration requires a regional approach, and that ongoing health, social, and economic challenges of the pandemic exacerbate the root causes driving irregular migration, including the vulnerabilities of many migrants and their communities.

We value the tradition of our region in welcoming refugees and migrants and showing solidarity with our neighbors.  We recognize the positive contributions of refugees and migrants to the socio-economic development of their host communities.  We recognize the sustained efforts of States in our hemisphere in hosting refugees, providing regular migration pathways, promoting local economic and social integration, facilitating safe, dignified, and voluntary return, and supporting the sustainable reintegration of returnees.

We remain committed to collectively leveraging the benefits of migration while addressing its challenges in countries and communities of origin, transit, destination, and return.  We do so in a spirit of collaboration, solidarity, and shared responsibility among States and in partnership with civil society and international organizations.  We reaffirm our shared commitment to supporting host communities; strengthening and expanding regular pathways and access to international protection; fostering opportunities for decent work; facilitating regularization and access to basic services; and promoting principles of safe, orderly, humane, and regular migration.

We also intend to strengthen the institutions that are responsible for migration management in our countries and exchange best practices in order to provide efficient and adequate care to migrants and access to protection for refugees.

Promoting Stability and Assistance for Communities of Destination, Origin, Transit, and Return

We affirm that countries of origin and countries and communities hosting large numbers of migrants and refugees may need international financing and assistance related to development, basic humanitarian needs, protection, security, public health, education, financial inclusion, and employment, among others.  We support efforts that allow all migrants, refugees, asylum seekers, and persons in situations of vulnerability to integrate into host countries and access legal identity, regular status, dignified employment, public services, and international protection, when appropriate and in accordance with national legislation, to rebuild their lives and contribute to those communities.  We plan to continue efforts to prevent and reduce statelessness.  We intend to expand efforts to address the root causes of irregular migration throughout our hemisphere, improving conditions and opportunities in countries of origin and promoting respect for human rights.  We reaffirm the importance of safe, dignified, and sustainable return, readmission, and reintegration of migrants to help them reestablish themselves in their communities of origin.  We further reaffirm the importance of ensuring all foreign nationals receive prompt consular assistance when needed or requested, and returnees are treated humanely and in a dignified manner, regardless of their immigration status, including in the process of their repatriation and return.

Promoting Regular Pathways for Migration and International Protection

We affirm that regular pathways, including circular and seasonal labor migration opportunities, family reunification, temporary migration mechanisms, and regularization programs promote safer and more orderly migration.  We intend to strengthen fair labor migration opportunities in the region, integrating robust safeguards to ensure ethical recruitment and employment free of exploitation, violence, and discrimination, consistent with respect for human rights and with a gender perspective.  We intend to promote, in accordance with national legislation, the recognition of qualifications and the portability of social benefits.  We intend to pursue accountability for those who commit human rights violations and abuses.  We plan to promote access to protection and complementary pathways for asylum seekers, refugees, and stateless persons in accordance with national legislation and with respect for the principle of non-refoulement.  We seek to promote border security and management processes that respect human rights and encourage and facilitate lawful, safe, and secure travel within the region.  We commit to guarantee human rights to individuals in vulnerable situations and to provide access to international protection, as appropriate.  We further intend to provide specialized and gender-responsive attention to individuals in situations of vulnerability.

Promoting Humane Migration Management

Renewing our commitment to respect and ensure the human rights of all migrants and persons in need of international protection, we recognize each country’s responsibility to manage mixed movements across international borders in a secure, humane, orderly, and regular manner.  We intend to expand collaborative efforts to save lives, address violence and discrimination, counter xenophobia, and combat smuggling of migrants and trafficking in persons.  This includes expanded collaboration to prosecute migrant smuggling and human trafficking criminal organizations as well as their facilitators and money laundering networks.  We commit to provide appropriate protection and assistance to victimized individuals.  We intend, in accordance with national legislation, to improve and facilitate regional law enforcement information sharing, with the purpose of supporting the investigation and prosecution of crimes. We intend to explore new mechanisms, while preserving and leveraging existing regional, subregional, hemispheric, and global fora, to strengthen cooperation on border management and apply current mechanisms on visa regimes and regularization processes to combat exploitation by criminal groups.  In the instance of foreign nationals without a need for international protection and without a legal basis to remain in their country of presence, we commit to conduct any returns in a manner consistent with our respective obligations under international human rights law and international refugee law, and that respects the dignity of the individual, integrates safeguards to prevent refoulement, and promotes the return of children to safe conditions.

Promoting a Coordinated Emergency Response

Recognizing the imperative of promoting safe, orderly, and regular migration, and the safety of migrants, refugees, and asylum seekers in the region, we intend to work to cooperate in emergency response and humanitarian assistance in situations of mass migration and refugee movements.  We plan to strengthen existing regional coordination mechanisms and, as appropriate, the participation of civil society and international organizations to advance those aims.  This includes strengthening information sharing, as appropriate and in accordance with national legislation, enhancing early warning systems, leveraging existing relevant fora and processes, and defining a common set of triggers that activate a coordinated response.

A Shared Approach to Reduce and Manage Irregular Migration

To advance the common goals laid out in this Declaration and create the conditions for safe, orderly, humane, and regular migration through robust responsibility sharing, we intend to work together across the hemisphere to:

  • Convene multilateral development banks, international financial institutions, and traditional and non-traditional donors to review financial support instruments for countries hosting migrant populations and facing other migration challenges, without prejudice to existing financing priorities and programs.
  •  Improve regional cooperation mechanisms for law enforcement cooperation, information sharing, protection-sensitive border management, visa regimes, and regularization processes, as appropriate and in accordance with national legislation.
  • Strengthen and expand temporary labor migration pathways, as feasible, that benefit countries across the region, including through new programs promoting connections between employers and migrant workers, robust safeguards for ethical recruitment, and legal protections for workers’ rights.
  •  Improve access to public and private services for all migrants, refugees, and stateless persons to promote their full social and economic inclusion in host communities.
  • Expand access to regular pathways for migrants and refugees to include family reunification options where appropriate and feasible, in accordance with national legislation.

This Declaration builds upon existing efforts and international commitments and advances the vision set forth in the Global Compact on Refugees and the Global Compact for Safe, Orderly and Regular Migration (GCM) anchored in the 2030 Agenda for Sustainable Development.  We acknowledge the progress noted in the International Migration Review Forum Progress Declaration for the GCM.  We affirm the fundamental work that continues under the Comprehensive Regional Protection and Solutions Framework (MIRPS), the Regional Conference on Migration (RCM), and the South American Conference on Migration (SACM), as key regional bodies to facilitate the implementation of this Declaration, as well as the Quito Process and the Regional Inter-agency Coordination Platform for refugees and migrants from Venezuela.  The United Nations 1951 Refugee Convention; its 1967 Protocol; the Convention against Torture and Other Cruel, Inhuman, or Degrading Treatment or Punishment; the Geneva Conventions of 1949 and International Humanitarian Law; the United Nations Convention against Transnational Organized Crime; its Protocol to Prevent, Suppress and Punish Trafficking in Persons, especially Women and Children; its Protocol against the Smuggling of Migrants by Land, Sea and Air; the United Nations Convention on the Rights of the Child; the International Convention on the Protection of the Rights of all Migrant Workers and Members of their Families; as well as other international conventions, remain binding on Parties to those conventions that endorse this Declaration.  This Declaration aligns with States’ commitments in the International Labour Organization’s Declaration on Fundamental Principles and Rights at Work and its General Principles and Operational Guidelines for Fair Recruitment.  We reiterate the importance and meaning of the principle of non-refoulement as a cornerstone of the international protection of refugees.  We applaud efforts throughout the region to provide a coordinated and comprehensive response to all migrants, returnees, refugees, asylum seekers, and stateless persons.  We make this Declaration of non-legally binding commitments to enhance cooperation and shared responsibilities on managing migration and protection in ways grounded in human rights, transparency, nondiscrimination, and State sovereignty.

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